Las parejas de hecho, al igual que los matrimonios, pueden enfrentarse a una separación en algún momento de su relación. En este proceso es importante conocer los trámites a seguir y los aspectos legales que deben tener en cuenta para llevar a cabo una separación de forma adecuada.
En esta guía, te proporcionaremos información detallada sobre los pasos a seguir en caso de separación en parejas de hecho, así como los documentos necesarios y los derechos y obligaciones de cada parte.
En la actualidad, cada vez son más las parejas que deciden convivir juntas sin contraer matrimonio. Estas parejas son conocidas como parejas de hecho y, aunque no están unidas legalmente, tienen derechos y deberes similares a los de un matrimonio. Sin embargo, en caso de que la relación llegue a su fin, es importante conocer los trámites y procesos que se deben seguir para llevar a cabo una separación en parejas de hecho. En este artículo, vamos a analizar detalladamente cuáles son los pasos a seguir en caso de separación en parejas de hecho, así como las diferencias con respecto a un matrimonio civil.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que, a diferencia de un matrimonio civil, las parejas de hecho no tienen un régimen económico matrimonial predeterminado por la ley. En este sentido, es fundamental que las parejas de hecho redacten un contrato de convivencia en el que se regulen aspectos como la titularidad de los bienes, la contribución a los gastos del hogar, la pensión de alimentos en caso de separación, etc. Este contrato puede resultar de gran utilidad en caso de ruptura, ya que establece las bases para una separación amistosa y sin conflictos.
En cuanto a los trámites para llevar a cabo una separación en parejas de hecho, estos varían en función de la Comunidad Autónoma en la que reside la pareja, ya que en España la regulación de las parejas de hecho es competencia de cada comunidad. No obstante, en líneas generales, los trámites suelen ser similares a los de un matrimonio civil, aunque existen algunas diferencias importantes que hay que tener en cuenta.
En primer lugar, en caso de separación en parejas de hecho, no es necesario acudir a un juez para llevar a cabo la disolución de la pareja. Bastará con que ambas partes redacten un documento de mutuo acuerdo en el que se establezcan los términos de la separación, como la atribución de la vivienda común, la pensión de alimentos, la custodia de los hijos, etc. Una vez redactado el documento, este deberá ser presentado en el registro de parejas de hecho de la comunidad autónoma correspondiente para su inscripción y posteriormente se procederá a la liquidación de los bienes comunes, si los hubiere.
En segundo lugar, en caso de separación en parejas de hecho, no existe la figura del convenio regulador como en un divorcio, ya que las parejas de hecho no tienen la obligación de regular su situación jurídica en un documento ante un juez. No obstante, es recomendable que las parejas de hecho redacten un documento de mutuo acuerdo en el que se establezcan los términos de la separación, ya que esto evitará posibles conflictos en el futuro.
En tercer lugar, en caso de separación en parejas de hecho, es importante tener en cuenta que la pensión compensatoria no está prevista legalmente, salvo que así se establezca en el contrato de convivencia o en el documento de mutuo acuerdo. En este sentido, las parejas de hecho tienen más libertad para regular aspectos como la pensión de alimentos, el uso de la vivienda común, la custodia de los hijos, etc.
En resumen, la separación en parejas de hecho es un proceso similar a la de un matrimonio civil, pero con algunas diferencias importantes que hay que tener en cuenta. Es fundamental redactar un contrato de convivencia en el que se regulen los aspectos económicos y personales de la pareja, así como un documento de mutuo acuerdo en caso de separación. Además, es recomendable informarse de los trámites específicos de cada Comunidad Autónoma para llevar a cabo la separación de forma correcta y eficaz. En definitiva, la separación en parejas de hecho es un proceso que, si se aborda de forma adecuada, puede resultar mucho más sencillo y amistoso que un divorcio.